miércoles, 27 de abril de 2016

EFECTOS DE LA SEPARACIÓN MATRIMONIAL EN LOS NIÑOS.





Hace años que llevo ejerciendo como psicóloga judicial en el asesoramiento sobre custodias y regímenes de visitas de padres que se divorcian. Durante este tiempo, he visto niños desadaptados a la situación de divorcio y otros que no lo estaban, los mejor adaptados, me hablaban de las ventajas de que sus padres estuvieran divorciados, "ya no hay peleas", "tengo muchos abuelos y abuelas", esto en el caso de que los padres hayan rehecho su vida junto a otras personas, "tengo dos casas".....La razón por la que escribo sobre este tema, es concienciar a los padres de la gran influencia que tienen sobre la adaptación de sus hijos a la situación de separación, y aportar algunos consejos que pueden favorecerles.

La causa de la separación matrimonial tiene un efecto sobre los hijos, sobre todo en el caso de que el marido o la propia mujer vivan el rechazo del compañero como algo inesperado y traumatizante.

A lo largo del periodo burocrático del proceso de separación  las cosas se van complicando, se entabla una batalla, en cuyo centro suelen estar los hijos, momento en el que el niño empieza a sufrir no tanto por la separación en sí, sino como por las desavenencias paternas.

Los efectos que la separación tiene en los niños, varían según la edad de estos, aunque si se puede decir que “Cuanto más pequeños sean en el momento de la separación, más importantes son las perturbaciones”.

Las reacciones principales se basan principalmente en la ansiedad, en niños de 2 a 5 años se traducen en:


-          Quejas hipocondríacas: dolores de cabeza, abdominales, vómitos, problemas dermatológicos, pérdida del apetito, y todo tipo de trastornos corporales.

-          Puede presentarse insomnio, miedo a estar solo, terrores nocturnos.

-          Conductas regresivas (vuelven al chupe, biberón o se hacen pis si lo habían controlado)

-          Trastornos del comportamiento, rabietas.

-          Conductas de apego físico, (se convierten en la sombra de la madre)

-          Hiperactividad.

-          Agresividad.

-          Ansiedad de separación.


En niños algo mayores de 5 a 9 años, se puede manifestar alguna sintomatología de los niños más pequeños pero ahora aparece más claramente la tristeza y sobre todo el sentimiento de culpa. En estos niños ya más mayores siempre subyace la fantasía de que pueden hacer que sus padres vuelvan a estar juntos, y a veces sus comportamientos, son llamadas claras de atención.  

-          Tristeza y llanto.

-          Sentimiento de rebelión.

-          Síntomas psicosomáticos, enfermedades, etc.

-          Sentimiento de culpa que suele estar muy presente. 

-          Idealización del padre ausente.

-          A veces rivalidad o agresividad hacia el padre que tiene la custodia.

-          Disminución de la autoestima, “no valen para nada”.

-          Fracaso escolar.

-          Agresividad.

-          Hiperactividad.


Cualquiera de estos comportamientos, significan que el niño está viviendo la separación con síntomas que a veces enmascaran la tristeza, pero que son manifestaciones claras de su dolor….

Es más natural que el niño de rienda suelta a su propia problemática, llorando, estando de malhumor, preguntando y pasando una “pequeña depresión”, que se irá superando con el tiempo, y que debe ser conocida y compartida por sus padres. Esto suele suceder si existe una buena relación con uno de los cónyuges y el niño puede confiarse a él, para expresarle sus sentimientos.

Es básico que el padre y la madre dialoguen con sus hijos desde el principio, ambos juntos, de forma que el niño pueda razonar que sus padres se separan porque ya no se quieren y les resulta difícil convivir, pero que ellos siguen siendo lo principal para ellos y que su amor no va a variar por esta situación.


Algunos consejos útiles ante el divorcio.


-          La comunicación es lo primero. Si no preguntan, igualmente hay que explicar la situación de forma clara y acorde a la capacidad de comprensión de los chicos (sin entrar en detalles innecesarios) y de acuerdo, evidentemente con su edad.  La capacidad de abstracción se desarrolla plenamente en la adolescencia y antes de esta etapa los niños funcionan en base a un pensamiento mágico, por lo tanto, una explicación superficial puede inducir fácilmente al niño a imaginar cosas como, por ejemplo, que los padres se separan por su culpa, porque se portaron mal. Se les debe dejar muy claro que se les querrá exactamente igual, que ellos no son culpables y que no va a perder a ninguno de los dos, que el proceso es definitivo para evitarles falsas esperanzas. Papá y mamá lo quieren, pero ellos ya no se quieren como pareja, que están teniendo muchos problemas porque no se entienden y que por eso han decidido vivir separados. Es importante acoger las manifestaciones del niño, la rabia, la pena y el dolor, “haciéndole saber que como padres entienden sus sentimientos, diciéndoles, por ejemplo: comprendemos que      esto te duele mucho y puedes confiarnos todo lo que sientes porque de esa manera  vamos a poder ayudarte más”

-          Hace falta informar del proceso de separación al profesorado de la escuela, para que pueda comprender, acompañar y acoger convenientemente a los alumnos en tan       difícil situación. Los dos progenitores deben intervenir conjuntamente en los asuntos      escolares de los hijos.

-          Evitar los comentarios negativos sobre el otro progenitor delante de los hijos.

-          Es importante que la separación signifique la menor cantidad posible de cambios para los niños. Los padres deben entregarle a los niños certezas respecto de cómo va a ser la vida después de la separación.

-          Hay que tratar de mantener una relación que permita dialogar y llegar a acuerdos en torno a los temas relativos a los hijos.

-          No peleé o discuta con su ex cónyuge delante de sus hijos. La cantidad de peleas o conflictos entre los padres (ejemplo, por las visitas, el dinero, etc.) de la que los niños son testigos después de un divorcio, está directamente relacionada con el nivel de adaptación.

-          La disciplina consistente es muy importante. Ambos padres deberían utilizar métodos para disciplinar que sean similares y apropiados para la edad de los niños. Límites en lo que es o no una conducta aceptable para sus hijos, deben ser consistentes el de los dos hogares. No ceder al chantaje de los hijos. Efectivamente es fácil aprovecharse de la inseguridad afectiva de los padres para manipularlos y obtener beneficios y privilegios.

-          No use a los niños como mensajeros en la comunicación de los padres.

-          No use a sus niños como espías.

-          No utilice a sus niños como ayuda en las peleas con su ex cónyuge.

-          No haga sentirse a su hijo culpable. No debe poner al niño en la tesitura de escoger, o insistirle en que debe quedarse con uno o con otro, tratar siempre de ponerse de acuerdo ambos padres, y hacerle ver que siempre que quiera podrá estar con uno o con otro.

-          No permitir que los hijos se enganchen a un solo progenitor, en una relación cerrada, dependiente y empobrecida impide su maduración personal y relacional.  Hay que poner límites, barreras y normas que les impidan ocupar el lugar del ex cónyuge. Es un error, por ejemplo, consentir que los hijos ocupen la cama de un progenitor, o que controlen y se opongan con éxito a una nueva relación o, inclusive, que indiquen verbalmente o impongan con su conducta que mandan ellos en casa.

-          No abrume a sus hijos con temores o preocupaciones personales.

-        No trate de comprar a su hijo, consintiéndoselo todo, sólo conseguirá perjudicar             seriamente su evolución.

-          No trate de forzar a su hijo a que acepte una nueva pareja.  Póngase en su lugar y dele tiempo, no sea egoísta. Usted puede controlar su vida. La de su hijo depende de la suya.

-          Es usualmente mejor para los hijos tener una base consistente y continua de visitas del padre que no vive con ellos. Cancelar visitas frecuentemente, no estar en contacto por largos períodos de tiempo, y visitas esporádicas a menudo tienen un efecto negativo en los niños. Debe seguir frecuentando tanto a la familia de papá como a la de mamá (abuelos, tíos primos) porque esa red familiar, le servirá de   protección al niño.


Mensajes claves que hay que recordar al niño.


-          La decisión de separarse es exclusiva de los padres.

-          Los padres no se han separado por que el niño se portara mal, otras veces lo ha hecho y no ha ocurrido así.

-          Resaltar al niño cuantas personas se preocupan por él y desean que sea feliz. Borrar el miedo a ser abandonado.

-         Seguirá disponiendo de los padres aunque no vivan juntos.

-          Siempre que le preocupe algo y se sienta mal podrá hablar con los dos.

-          Aunque los padres se hayan separado, el niño puede amar y ser amado.

-          Los padres deben estar el mayor tiempo posible que puedan con sus hijos para que estos se sientan queridos.


Mensajes claves para los padres.


-          No caer en la sobreprotección del hijo.

-          Todas las personas tienen virtudes y defectos, también los padres.

-          Es preferible que los días de encuentro no se llenen con actividades.

-          Hay que intentar solucionar las cuestiones como dinero, hijos, nueva pareja, sin involucrar a los hijos.

-          Es preferible que vuelva a constituirse una familia, con un hombre o una mujer.


La separación produce una pérdida temporal de algunos puntos de referencia que mantienen seguros a los hijos en la vida. Después de un periodo de duelo que puede llegar al año, los niños consiguen superar el periodo de inestabilidad.  Aunque las diferencias entre los padres sean irreconciliables, ayudar a los hijos a lograr que la ruptura matrimonial no sea traumática en sus vidas y a ser felices a pesar del dolor de la separación, es tarea de los padres, y esforzarse por lograrlo, constituye la mejor manera de demostrar su generosidad y amor hacia ellos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario