No todos los casos de abuso sexual infantil (ASI) llegan al sistema de justicia. Unos no denuncian por vergüenza, otros por temor a las consecuencias o simplemente porque no son conscientes de que han sufrido una victimización, sobre todo en el caso de abuso sexual intrafamiliar.
En los casos en los que existe denuncia, la investigación judicial se encuentra con limitaciones derivadas de la ausencia de indicios físicos o biológicos, y por la falta de testigos. Por esta razón, la prueba pericial científica cobra una especial relevancia.
Normalmente, el juzgador contará con otros dos tipos de indicios más subjetivos: el testimonio del menor (huella mnésica), y el posible daño psíquico asociado (huella psicopatológica). No existe un perfil psicopatológico único asociado al ASI, por lo que resulta arriesgado acreditar una supuesta experiencia de victimización sexual a partir de indicadores clínicos.
La Ley de Enjuiciamiento Criminal indica la forma de preguntar al testigo y qué preguntas no se deben hacer, la realidad es que existe un grave descuido al manipular estos indicios psíquicos, a diferencia de los indicios físicos que cuentan con protocolos de preparación y remisión a los dispositivos de análisis forense para evitar alteraciones, sustituciones, contaminaciones o destrucciones. En España, recientemente han puesto la atención en la necesidad de proteger la huella de memoria, además de intentar evitar la victimización secundaria. El art. 433 de la LECr. dice: "En el caso de los testigos menores de edad o personas con la capacidad judicialmente modificada, el Juez de Instrucción podrá acordar, cuando a la vista de la falta de madurez de la victima resulte necesario para evitar causarles graves perjuicios, que se les tome declaración mediante la intervención del expertos"
La entrevista forense es la técnica principal para la obtención de información relevante para el caso, y del relato del menor Posteriormente analizaremos el mismo con el fin de ayudar al juez en su valoración de la credibilidad.
ERRORES MAS HABITUALES EN LA OBTENCIÓN DEL TESTIMONIO.
1. Sesgos cognitivos: La ausencia de conocimientos especializados respecto al ASI, llevan a aceptar de forma acrítica cualquier alegación de ASI, diseñando un proceso de entrevista condicionado por la hipótesis única de la ocurrencia de los hechos denunciados ( profecía autocumplida o efecto Pigmalión.)
Ligado a lo anterior, estaría el sesgo derivado de sensibilizarse ante signos de sufrimiento emocional en el menor sin planteamiento de alternativas etiológicas, o ante la información obrante en el expediente judicial( por ejemplo, antecedentes penales del imputado por delitos del mismo tipo), dando por válidas creencias preconcebidas (si el acusado sufrió abusos sexuales en su infancia, probabemente esté repitiendo el patrón abusivo), lo que vuelve a poner en riesgo el proceso científico de contraste de hipótesis alternativas, centrándose únicamente en la hipótesis de la ocurrencia de los hechos. Este sesgo es más probable cuando se simultanean los roles de perito y terapeuta. Esta dualidad es desaconsejable en la práctica de la psicología.
No es infrecuente tampoco la trampa del "heurístico de disponibilidad", denominación propuesta para describir la tendencia de la mente humana a utilizar la información y la experiencia más prominente en nuestra memoria y, que por consiguiente, resulta más fácil de recuperar. Constituyendo una auténtica forma de percepción selectiva.
Otra importante fuente de error: la desinformación sobre el desarrollo sexual infantil, aumentan la probabilidad de interpretar de manera inadecuada la expresión de conductas sexualizadas en el menor, sobrevalorándolas.
2. Sesgos procedimentales: la falta de conocimiento y experiencia en el manejo de los protocolos de obtención y valoración de la prueba testifical incrementa la probabilidad de un uso inadecuado de los mismos, falta un planteamiento riguroso de hipótesis sobre el origen del recuerdo del menor. El evaluador concibe las declaraciones de forma dicotómica, como si su único origen fuese la vivencia o la mentira intencionada, que impide el planteamiento y contraste de otras hipótesis sobre el origen de la declaración. Es imprescindible contar con información sobre el funcionamiento de la memoria.
Por otro lado, el empleo de estrategias que pueden contaminar el recuerdo del menor e invalidar el indicio cognitivo puede ser el uso de un estímulo de entrevista directivo, con preguntas tendenciosas, capciosas, sugestivas, de elección forzada o tipo si/no, reiteración de la misma pregunta, la interpretación simbólica de elementos reales, el incorrecto uso de test proyectivos o el empleo de muñecos anatómicos.
Las consecuencias de una mala praxis puede tener graves consecuencias para las partes implicadas, dado el protagonismo que la prueba psicológica adquiere en la toma de decisiones judiciales.
DISEÑO DEL PROCESO DE ENTREVISTA FORENSE CON MENORES.
Aspectos básicos preliminares. Una exploración forense puede suponer una situación de estrés para el menor, siendo de mayor o menor intensidad dependiendo de su desarrollo cognitivo. El psicólogo forense deberá preparar minuciosamente la entrevista para evitar olvidos que hagan necesario volver a citar al menor, no siendo recomendable que dure más de una hora, y es importante estar atentos a señales de fatiga y perdida de concentración, en este caso será mejor finalizar la entrevista. Si es preciso volver a citar al menor, se le explicarán los motivos para de tener que volver a citarle, sugiriéndole que hasta entonces no piense mucho en ello.
Se debe reducir al máximo el tiempo de espera hasta que el menor es citado a la exploración, la demora deteriora la memoria en general y especialmente la de los testigos.
En cuanto se tiene conocimiento de un ASI, se empieza a someter al menor a reiteradas entrevistas, por parte de familiares, policías, fiscales, médicos, que no por ser bienintencionados dejarán de influir decisivamente en la huella mnésica, habitualmente para distorsionarla, si no se realizan de manera adecuada. Nunca se insistirá los suficiente para que ante este tipo de hechos se evite ese proceso, y sea un profesional debidamente cualificado quien se ocupe desde el primer momento de las primeras entrevistas a los menores, grabando su intervención y aportándola al procedimiento judicial para su posterior valoración. Evitando así al menor una victimización secundaria.
Debe tenerse en cuenta las determinadas circunstancias en las que pueda encontrarse el menor, enfermedad, agotamiento, situación de shock, .....en las que puede no ser capaz de aportar un relato en entrevista forense.
En sede judicial, también es importante no dilatar el tiempo de espera de los menores, no hay espacios adecuados para ellos y pueden estar expuestos a situaciones inapropiadas que pueden incrementar su ansiedad.
Recopilación y análisis de toda la información disponible sobre el caso: generación de hipótesis
El proceso de entrevista debe comenzar con la recopilación y análisis de toda la información disponible sobre el caso. El estudio del expediente judicial para generar y falsear hipótesis sobre el origen del recuerdo para el caso concreto a evaluar.
Durante el estudio previo, el perito psicólogo siempre trabajará con una hipótesis y la contraria. H1: el relato aportado por el menor proviene de una experiencia vivenciada; H2: el relato aportado por el menor tiene como origen otra fuente que no es la experimentación directa. El problema es definir que datos apoyan o descartan cada una de las hipótesis, y el método de obtención y ponderación de estos.
En ocasiones aunque el relato del menor se corresponde con una experiencia vivenciada (H1), podemos encontrarnos con información contradictoria. Hay que analizar tres posibles fuentes de influencia que afecten a la exactitud del recuerdo: las capacidades cognitivas del menor para testificar, alteraciones en los procesos de codificación, almacenamiento y recuperación de la información, siendo importante tener en cuenta el numero y tipo de abordajes anteriores, el tipo de situación de victimización denunciada, si se trata de un episodio único o una situación cronificada en el tiempo.
En el supuesto de que el contraste de hipótesis sugiera que el relato del menor no se debe a una experiencia vivenciada directamente(H2), el perito psicólogo deberá plantear hipótesis alternativas al origen de dicho recuerdo. H2.1.: el recuerdo le ha sido inducido al menor. H2.2.: el recuerdo puede ser fruto de una fabulación, en la base pueden existir condiciones psicopatológicas. H 2.3.: el relato es intencionalmente falso, guiado por una motivación secundaria. H 2.4. el relato es falso por distorsiones debidas al olvido y al funcionamiento normal de la memoria.
Con el vaciado del expediente el psicólogo forense también podrá evaluar la presencia de factores que limitarían el posterior análisis del testimonio en términos de de credibilidad. Estos son:
- Capacidad cognitiva del menor para ofrecer un relato de los supuestos hechos suficientemente extenso y de calidad. Entre los 3 y 5 años, su memoria es fundamentalmente semántica, descontextualizada, basada en conocimientos y sin la sensación fenomenológica de que fue el protagonista de esos hechos, careciendo de anclaje espacio-temporal. No podrá aportar información sobre cuántas veces les sucedieron los supuestos hechos. Existe la posibilidad de la generación de falsas memorias en el caso de que hayan sido interrogados sucesivamente o de manera inadecuada. En el caso de utilizar preguntas directivas sus respuestas vendrán dadas desde sus conocimientos, pueden haber adquirido a partir de comentarios, sugerencias, películas u otras fuentes y no de su vivencia real.
- La exposición del menor a información sexual bien por haber tenido experiencias sexuales previas, por manejar / compartir material de tipo sexual o haberse expuesto a relaciones sexuales entre adultos. Se valorará el grado de intimidad que tienen los adultos de la casa.
- Relación entre la complejidad de los hechos denunciados y la capacidad cognitiva de menor.
- Abordajes previos sobre los supuestos hechos: numero y formas.
- El tiempo trascurrido entre la experiencia y la revelación.
- El tiempo transcurrido entre la revelación y la exploración forense.
Sera importante también analizar las distintas declaraciones del menor o adultos para orientar las preguntas de contraste. Es necesario grabar la entrevista, requisito para la aplicación posterior de los métodos de análisis del testimonio, permite la valoración por dos peritos de forma independiente, la revisión por los distintos operadores jurídicos y facilita el ejercicio del principio de contradicción por las partes.
Recogida de información previa a través del contacto con el contexto adulto del menor.
Se pretenden tres objetivos básicos:
a) Continuar obteniendo datos de contraste: capacidad cognitiva del menor, tendencia a la fabulación o a la fantasía del menor, diagnósticos clínicos en salud mental, tratamientos psicológicos previos o posteriores a los supuestos hechos, contexto y forma de la revelación, reacción del contexto adulto ante dicha revelación, abordajes del menor por parte del contexto del adulto, estado psicológico del menor pre- y post- denuncia, manejo de información sexual, relaciones familiares e indicios de instrumentalización de denuncias, relación denunciado - familia, posibles situaciones de victimización sexual anteriores en el caso de que la denuncia haya sido interpuesta por un adulto.
b) Manejar información del menor, hobbies, gustos, preferencias, características de personalidad, posible ansiedad por separación, información que le han trasladado respecto a la exploración forense,....que facilite el establecimiento de rapport.
c) Obtener un relato de una experiencia vivida en momentos temporales cercanos a los supuestos hechos denunciados que más tarde con el menor nos permita apreciar su estilo narrativo.
También servirá para solicitar el consentimiento para la exploración del menor en ausencia de sus tutores legales, y para la grabación en vídeo de la entrevista con éste.
Pautas sobre como actuar con el menor. No abordar al menor sobre los supuestos hechos denunciados, si el menor espontáneamente habla sobre lo sucedido actuar con normalidad, no responsabilizarlo de lo sucedido, ni preguntarle por qué no actuó de otra forma o contó lo sucedido con anterioridad.
Entorno físico y actitudes y conductas de perito psicólogo.
La entrevista debe realizarse en un espacio privado, con suficiente iluminación, adecuada ventilación y temperatura agradable, con mobiliario adaptado al tamaño del menor y libre de perturbaciones y de objetos que puedan distraer su atención. Asegurarnos de que no seremos interrumpidos. Con los niños más pequeños es util facilitarles papel y pinturas durante la entrevista forense, y está contraindicado el empleo de elementos que faciliten el juego o la fantasia. Debemos dedicar tiempo suficiente a la creación del rapport.
La regla básica es que el perito debe adecuar su intervención al momento evolutivo del niño, ya que este delimitará sus habilidades. Adaptar la entrevista de manera que: sea comprensible para el menor, facilite la espontaneidad y la fluidez y puedan interpretarse los datos obtenidos de forma acorde con su edad madurativa.
Es adecuado que el entrevistador vista de forma informal pero arreglado. Con respecto a la comunicación no verbal, debería situarse a la misma altura visual que el menor para favorecer la comunicación y percibir las señales de su estado emocional. Se evitará el contacto visual directo cuando se aborden los supuestos hechos denunciados. La postura corporal debe expresar receptibilidad, inclinándose ligeramente hacia adelante y sin cruzar los brazos. En un tono cálido y melodioso, a un ritmo lento, evitando infantilización del lenguaje. Evitar ser excesivamente cálidos y simpáticos, podemos provocar ganas de complacer, compromete la fiabilidad. El estilo de entrevista deberá ser flexible.
Fases de la entrevista.
a) Fase introductoria: Los objetivos son el establecimiento del rapport y favorecer la atención y la sensación de seguridad, que el menor exprese todas las dudas y preocupaciones que tenga. Es importante personalizar empleando el nombre del menor.
b) Fase de transición. Los objetivos de esta fase serán la exploración de las capacidades cognitivas y sociales del menor que afectan a la capacidad para testificar, entrenarle en la técnica de narración libre y evaluar su estilo de memoria. Para la valoración de las capacidades para testificar puede ser de utilidad el protocolo CAPALIST (Contreras et al., 2015) creado para valorar estas aptitudes en menores y personas con discapacidad intelectual.
Para ayudarse en la ponderación de cada una de estas capacidades, el perito psicólogo puede ayudarse de un dibujo elaborado ad hoc por los psicólogos criminalistas de la Guardia Civil en proceso de validación. Este procedimiento también sirve para valorar el juicio moral del menor, observando si es consciente de las consecuencias de sus actos y su postura respecto a la verdad y la mentira y para valorar el grado de resistencia a la sugestionabilidad del menor.
La exploración del nivel de adaptación del menor a las distintas áreas de su vida personal.
c) Fase sustantiva o de obtención del relato. El objetivo es obtener un relato sobre los supuestos hechos denunciados de calidad, lo más extenso y exacto posible. El perito psicólogo mantendrá una actitud y conducta estimuladora de la comunicación " te entiendo", "adelante", ¿que más?, pero nunca valorativas.
Para introducir esta fase hay que lanzar una pregunta abierta, por ejemplo, "como te dije al principio, parte de mi trabajo es preguntar a los niños cómo están, qué tal en el cole, con su familia, con sus amigos y si han tenido algún problema, si quieren, me lo pueden contar para ver si le puedo ayudar. Ya hemos hablado del cole, de ti, de tu familia. Ahora quiero que me cuentes todo lo que pasó respecto a por qué vienes a hablar conmigo hoy". Para profundizar, una vez terminado su relato incial, alentar con una segunda consigna: " tú estabas allí, yo no, por lo tanto tú eres el que tiene toda la información de lo que pasó y me gustaría que me contaras todo lo que recuerdes de esa situación ".
Este tipo de recursos comunicativos se encuentran muy detallados en protocolos ya contrastados, como el del NICHD, de Lamb et al (2007), y en la Entrevista Cognitiva Revisada ( Fisher y Geiselman, 1992; 1994).
Es fundamental recabar la mayor cantidad de información posible respecto a la supuesta interacción sexual (el antes, durante y después de los supuestos hechos denunciados) con descriptivas conductales del menor y del imputado.
El estilo de preguntas debe ir de lo más abierto a lo más cerrado.
d) Fase de cierre. El tono emocional debe ser positivo, podemos dedicar unos minutos a una actividad de ocio intrascendente. Se le transmitirá información clara sobre cuáles serán los siguientes pasos del procedimiento judicial, no realizando promesas que no se puedan cumplir, y se le agradecerá su colaboración a la exploración.
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