jueves, 8 de diciembre de 2016

TRASTORNO DESAFIANTE POR OPOSICIÓN VERSUS COMPORTAMIENTO AGRESIVO




El objetivo de este artículo es ayudar a los profesionales que trabajan con menores a diferenciar entre el Trastorno desafiante por oposición o Trastorno negativista desafiante y el Comportamiento agresivo, una correcta definición del problema permite una mejor elección de la terapia de intervención para su tratamiento. 

COMPORTAMIENTO AGRESIVO.

Generalmente hablamos de agresividad para referirnos al hecho de provocar daño a una persona u objeto, ya sea éste animado o inanimado. Así, con el término "conductas agresivas" nos referimos a las conductas intencionales que pueden causar daño ya sea físico o psicológico. Conductas como pegar a otros, burlarse de ellos, ofenderles, tener rabietas (del tipo de arrojarse al suelo, gritar y golpear muebles por ejemplo) o utilizar palabras inadecuadas para llamar a los demás, generalmente se describen como conductas agresivas. 
De acuerdo con Buss (1961), podemos clasificar el comportamiento agresivo atendiendo a tres variables: 

a) Modalidad, puede tratarse de agresión física o verbal.
b) Según la relación interpersonal, la agresión puede ser directa, por ejemplo en forma de amenaza, o indirecta por ejemplo divulgar un cotilleo.
c) Según el grado de actividad implicada, activa como cualquier conducta anteriormente descrita o pasiva por ejemplo impedir que otro pueda alcanzar su objetivo.

En los niños, suele presentarse la agresividad en forma directa. Este acto puede ser físico, como patadas, pellizcos, empujones....o verbal, como insultos, palabrotas,....
También pueden manifestar la agresión de forma indirecta o desplazada, cuando agreden contra los objetos de la persona que ha sido el origen del conflicto. También se puede manifestar la agresividad de forma contenida con gesticulaciones, resoplidos, expresiones faciales de frustración.....
Los arrebatos de agresividad son un rasgo normal en la infancia. Se convierten en un problema por la persistencia de su agresividad y su incapacidad para dominar su mal genio. 

TRASTORNO DESAFIANTE POR OPOSICIÓN.

La conducta de oposición y desobediente puede ser "pasiva", en el sentido de que un niño puede "no responder", permanecer sumiso, inactivo y tranquilo. Por el contrario, conductas más "desafiantes" incluirán verbalizaciones negativas, hostilidad y resistencia física que ocurrirán al mismo tiempo que la desobediencia. 

Los criterios diagnósticos son:

1. perder los estribos.
2. discutir con los adultos.
3. desafía o rehusa acatar, de forma activa, las peticiones o reglas de los adultos.
4. hacer cosas deliberadas, que molesten a otras personas. 
5. culpar a los demás por errores o conductas inadecuadas.
6. ser muy susceptible o facilmente irritable ante los demás.
7. estar enfadado o resentido .
8. ser rencoroso o vengativo.

Se deben presentar 4 o más de estas conductas durante un mínimo de seis meses ocurriendo mas frecuentemente que en individuos de su edad o desarrollo cognitivo, y provocando un deterioro significativo en el funcionamiento social, académico o laboral.





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