¡Feliz inicio de curso escolar para todos.!

Después de unas largas vacaciones comenzamos el curso escolar, este es el momento más importante del año, tenemos la oportunidad de hacer cambios,  de mejorar todas aquellas cosas que no nos gustaron del año anterior, y estar más contentos y conformes con nosotros mismos. Para ello, debemos mirar atrás y hacer un análisis sobre el método de trabajo empleado, nuestro comportamiento académico....y reflexionar sobre los resultados del año anterior, nuestros hábitos de estudio, ...... para después  identificar los puntos débiles  y definir las estrategias que mejorarán nuestros resultados. 

 Es importante ser muy sinceros con nosotros mismos y así identificar los aspectos claves a modificar. Una vez conozcamos los puntos motivo de cambio, nos pondremos manos a la obra y definiremos unas metas alcanzables y a las que debemos dirigirnos  poco a poco, y sobre todo con el firme propósito de ¡ no abandonar!. Puede suceder, que los objetivos que en un primer momento me propuse resulten inalcanzables, en ese caso tendré que hacer cambios y bajar un poco mi nivel de exigencia e ir incrementándolo  en la medida que voy alcanzando metas. 

Esta entrada no es solamente para los estudiantes, también es para los padres, maestros y todos aquellos profesionales que nos dedicamos a orientar a los menores en su trabajo de aprender.

A continuación, os daré unos consejos muy básicos para comenzar el curso con buen pie y empezar a hacer las cosas mejor que el año anterior, porque "Todo es mejorable".

1. Siéntate ya. Debemos empezar a instaurar el hábito de estudio cuanto antes, y aunque ahora los profesores no mandan mucha tarea, hay que empezar la rutina.

2. Organiza tu trabajo. La planificación del trabajo garantiza la calidad del mismo, debes tener todos tus libros y materiales necesarios organizados antes de comenzar. Lo primero será empezar por aquellas asignaturas que te resultan más complicadas y que son de estudiar, después terminarás haciendo las actividades de las asignaturas mas fáciles. En resumen, ir siempre de lo más complicado a lo más fácil, por lo que haremos aquellas tareas que requieren una mayor esfuerzo intelectual al principio de nuestra sesión de trabajo que  es cuando estamos más descansados .

3. Es importante no ver la televisión, jugar con videojuegos, ni estar en las redes sociales antes de estudiar, estas actividades impiden que nos concentremos cuando empezamos a trabajar ,y resulta mucho más difícil dejarlas para ponernos con los deberes, así que lo  pospondremos para cuando terminemos las obligaciones académicas. 

4. Haz pausas programadas o descansa cuando estés cansado, es importante que mires el reloj y te des un tiempo determinado, unos diez o quince minutos en los que preferiblemente no debes jugar con videojuegos, ver la televisión.....Lo mejor es acabar los deberes para estar totalmente relajados.

5. Finalmente, con la agenda en mano revisamos si todo el trabajo está terminado, guardamos en nuestra mochila el material que necesitamos para el día siguiente, y ya podemos dedicarnos a aquello que más nos guste o apetezca.

Para que los padres puedan motivar a sus hijos en la adquisición de estos hábitos saludables de estudio, es importante que :

1. Ayuden a mantener un ambiente de trabajo adecuado, y que mientras los hijos estudian ellos también estén trabajando en sus cosas y no empleen este tiempo en ocio.

2. Motivarlos  con las técnicas de Economía de Fichas y Contratos Conductuales, que aparecen en este mismo blog.

3. No estar a su lado en su mesa vigilando el trabajo, es mejor que sea el hijo el que se desplace para preguntar las dudas, enseñar los deberes para su corrección o para dar la lección. 

Cuestionario técnicas de estudio

Contesta en la hoja de respuestas. Decídete por Sí o No. No dejes sin contestar ninguna pregunta. Procura ser sincero, no intentes agradar. Lo que te importa es conocer tus hábitos como estudiante

Tener que estudiar es un gran fastidio en mi vida.

Prefiero estudiar tumbado en la cama o cómodamente sentado en un sofá.

Soy poco igual para trabajar, unos días estudio mucho y otros nada.

Prefiero aprender al pie de la letra lo que estudio, antes que expresarlo con mis propias palabras.

Tengo problemas que me impiden concentrarme adecuadamente en el estudio.

Me suele «tener que llamar la atención» en clase algún profesor por considerarme desatento.

Si algún día falta algún profesor a clase, aprovecho hasta el último minuto para estudiar, sin necesitar que alguien me obligue a concen­trarme en el estudio.

Me parece que los profesores, cuando se ponen exigentes, sólo tratan de ayudarme.

Mi habitación de estudio suele estar tranquila, nadie suele molestarme entrando o saliendo.

Suelo cumplir fielmente mis planes de estudio.

Yo mismo me autoexamino sobre lo que estudio, para asegurarme que lo voy aprendiendo bien.

Mantengo la atención fija el tiempo necesario mientras estudio algo.

Presto mucha atención en clase a las explicaciones de los profesores.

Entre las actividades que realizo pienso que la de estudiar es de las más pesadas.

Me desanimo demasiado cuando tengo muchos temas o ~ dones para aprender.

En casa me molestan o distraen cuando estudio.

Cuando tengo que estudiar algo difícil, o lo dejo para última hora, o no lo estudio.

Prefiero estudiar sin utilizar papel o bolígrafo.

Aguanto un buen rato estudiando sin sentirme cansado.

Suelo preguntar al profesor en clase en cuanto tengo alguna duda.

Suelo entenderme bien con mis profesores.

En casa pierdo poco tiempo buscando mis materiales de estudio, por­que tengo cada cosa en su sitio.

Llevo al día el estudio de mis asignaturas (estudio a medida que se me explican los temas, y no sólo cuando voy a tener un examen).

Cuando tengo que memorizar algo. organizo antes tas ideas en esque­mas (si es que no están ya hechos los esquemas).

Soy demasiado impaciente o nervioso para concentrarme con tranquili­dad.

Me aburro bastante en las clases.

Estudiar me es más entretenido que dedicarme a mi actividad preferida.

Estudio por el gusto de aprender cosas nuevas (no sólo para aprobar o porque me vayan a preguntar la lección).

En casa suelo estudiar solo, sin nadie que me moleste.

Además de hacer los deberes, casi todos los días estudio un rato en casa.

Cuando empiezo a estudiar un tema nuevo, procuro tener primero una visión general de él, antes de empezar con la primera pregunta

El pensar que tengo mucho que estudiar me desanima para concen­trarme.

En clase suelo desentenderme de las explicaciones del profesor, dedicándome a pensar en otras cosas.

Cuando estoy muy cansado consigo estudiar con la misma intensidad que cuando estoy despejado.

Sobran muchas de las horas de clase o estudio que nos imponen en e colegio.

Dedico demasiado tiempo a entretenimientos u ocupaciones que me hacen descuidar el estudio.

Empleo demasiado tiempo en las asignaturas fáciles o que más me gustan, en perjuicio de la dedicación debida a alguna de las más impor­tantes.

Me cuesta subrayar las ideas fundamentales en los libros de texto, distinguiéndolas de las menos importantes.

Una vez que me he puesto a estudiar mantengo bien centrada la atención en lo que hago.

Creo que tomo bien las anotaciones o apuntes que me piden en clase.

La buena suerte tendrá menor importancia que el estudiar mucho para tener éxito en mi profesión futura.

En mi casa estudio en una habitación tranquila, sin ningún ruido.

Antes de ponerme a estudiar, o de ir a clase, o a un examen, suelo preparar con cuidado todo lo que voy a necesitar.

Al estudiar una lección nueva procuro entender la relación que tiene con las anteriores.

Cuando estudio en casa, aguanto un buen rato sentado, sin estar levan­tándome constantemente.

Aprovecho bien en clase, para estudiar o hacer una tarea, los ratos que me dejan libres.

En casa dedico al estudio menos tiempo o menor concentración de lo debido.

Creo que tengo voluntad firme para estudiar.

Mientras estudio en casa, raramente me levanto de mi sitio o cambio de lugar.

Programo lo que debo estudiar sin dejarlo a la improvisación del momento.

Si no entiendo algo al estudiarlo, no paro de pensarlo o de hacer consul­tas hasta comprenderlo perfectamente.

Cuando llega la hora de estudiar, enseguida me encuentro dispuesto a empezar.

Sigo bien el hilo de las explicaciones del profesor, difícilmente «me caza» cuando me pregunta sobre lo que está explicando en ese momen­to.

Me parecería mal que los profesores prolongasen la clase un rato, qui­tando tiempo del recreo o descanso.

Aunque alguna asignatura no me guste, la estudio con el esfuerzo que merece su importancia.

Mí «rincón de estudio» suele estar ordenado.

Suelo terminar la tarea o el estudio que me propongo cada día.

Al estudiar me hago preguntas en torno al tema que estoy aprendiendo para asegurarme que lo sé bien.

Cuando me llega la hora de estudiar suelo acordarme de otras cosas que tengo que hacer <en vez del estudio).

Se me suele «ir la imaginación» (pienso en cosas diferentes a las que se explican), cuando estoy en clase.

Pienso que sería mejor que me pusiera a trabajar en una empresa y dejar de estudiar más.

Tengo al alcance de la vista o de la mano, cuando estudio en casa, objetos que me distraen.

Sólo «aprieto» en el estudio cuando tengo próximo un examen o evalua­ción.

Si algo no lo entiendo bien, procuro aprenderlo al menos de memoria, al pie de la letra.

En casa aprovecho con intensidad el tiempo que tengo previsto para estudiar.

Suelo tomar algunas anotaciones en clase sobre lo que explica el profesor.

Pienso que «no me va el estudiar», al menos por ahora.

Me molesta cuando me ponen excesivos deberes.

Ocupo demasiado tiempo viendo tele, o leyendo tebeos, o escuchando música.

Cada día empiezo a estudiar a una hora distinta.

Suelo aprender de memoria los ejemplos que traen los libros antes de buscar y luego emplear los míos propios.

Cuando empiezo a estudiar, entro a tondo rápidamente en el tema.

Me preocupo mucho de seguir las indicaciones de los profesores sobre

qué es lo que hay que estudiar y cómo hacerlo.

Si me lo ponen fácil, yo también copiaría algún dato en un examen. si con ello me librase de suspender.

Necesito que me obliguen para ponerme a estudiar, o que me exijan para sostener mi esfuerzo en el estudio.

Sólo acierto a estudiar si al mismo tiempo estoy escuchando música o la radio.

Cuando tengo mucho que estudiar, me cuesta organizar el tiempo dedi­cado a cada tarea.

Descuido el realizar esquemas de lo que voy estudiando.

Tengo preocupaciones que me impiden estudiar con la suficiente inten­sidad.

Los profesores suelen hacer poco interesantes las explicaciones en las clases

Con este cuestionario, evaluamos  todos aquellos aspectos básicos a tener en cuenta en la tarea de aprender a estudiar para obtener los mejores resultados. 

¡Mucha suerte para todos y feliz curso académico 2016-2017!