TÉCNICA DEL TIEMPO FUERA
El tiempo fuera es una
técnica que se utiliza para disciplinar al niño, y que pueda
asociar que un comportamiento negativo tiene una consecuencia
negativa. Puede usarse a partir de los 18 meses.
Consiste en sentar al
niño en un lugar de la casa silencioso y alejado de los estímulos
ambientales durante un periodo de tiempo. Por regla general un minuto
por cada año de edad que tenga el pequeño. Lo ideal es que sea un
lugar básicamente aburrido para él.
Orientaciones para hacerlo correctamente:
- El sitio al que lo retiremos temporalmente debe ser un sitio donde no tenga al alcance juegos o compañía para entretenerse, no un lugar hostil pero si donde no pueda hacer nada para pasar el tiempo.
- Debemos trasladarlo inmediatamente después de aparecer la conducta o en el momento que ha llegado a un punto insostenible, por ejemplo discusión entre hermanos que llega a un punto de descontrol.
- No discuta con él, no entre en recriminaciones ni en descalificaciones como eres muy malo, te voy a castigar, me tienes harta, no tienes remedio. Si puede explicarle con un tono calmado pero seguro e imperativo el motivo de su retirada. Para ello, dígaselo concretando su queja, como has pegado a tu hermano no vas a poder jugar con él. Haga caso omiso de sus protestas o promesas. Hay que mostrarse enfadado pero no fuera de control. La idea es lanzarle un mensaje muy claro de que ha hecho algo mal y que estamos disgustados con él. Al respecto puede decirle también de forma muy breve, y ajustando el mensaje a la edad del niño algo así como “me has decepcionado tanto que en estos momentos no quiero estar contigo, me siento muy triste”
- No permita que salga antes de tiempo del sitio de aislamiento. Si lo hace, adviértale de consecuencias más negativas como que deberá estar más rato en esta situación.
- El tiempo de aislamiento normalmente se calcula en base a un minuto por año del niño, con un máximo de 20 minutos, sin embargo, esto debe ser valorado por los padres. No se aconseja tiempos más largos ya que pueden producir la conducta contraria a la que queremos eliminar.
- Si cuando lo vamos a buscar, nos vuelve a mostrar conductas inadecuadas, hay que advertirle que si quiere salir, deberá estar al menos quince segundos si efectuarlas. Manténgase firme en la decisión. Si pasa la prueba, es muy posible que los episodios remitan, si cede aumentarán con toda probabilidad.
- En el caso de que haya provocado desperfectos en el interior del habitáculo, ha desordenado o roto alguna cosa, deberá reponerlo o corregirlo con alguna acción antes de salir.
- Debemos tener cuidado que esta retirada física no comporte ningún beneficio indirecto al niño. Por ejemplo, si el niño consigue dejar de estudiar o evitar comer algo que no le gusta, lo que haríamos es reforzar la conducta inadecuada.
Esta técnica suele ser
muy efectiva, si se utiliza adecuadamente y con decisión. La
efectividad de la técnica independientemente de que le estamos
retirando la atención es que le estamos despertando contingentemente
con la aparición de las conductas no deseadas, uno de los fantasmas
infantiles más presentes en la etapa infantil, la ansiedad de
separación. Aunque el niño tenga suficiente edad para saber que no
será abandonado realmente, el hecho de hacerle revivir esta
ansiedad, puede dispararle interiormente ciertas alarmas. Lo que
ahora puede temer no es la separación física, sino la emotiva, de
tal forma que el niño corregirá su conducta actual y futura, no por
las razones de los padres, sino por las suyas, el temor a perder el
respaldo emocional de los padres.
Como en todas las
técnicas, basadas en la retirada de atención, recuerde que se deben
de introducir momentos de atención hacia el niño contingentemente a
la aparición de conductas deseadas. El refuerzo verbal y físico ya
sea halagos, abrazos, manifestación de alegría, entrega de algún
premio …..